Frase o Cita de esta semana:

"Nacer es el comienzo de un viaje que la muerte no detiene, por el contrario, esa transformación, esa liberación le permite al alma liberarse del cuerpo, esto permite seguir el viaje hacía la eternidad donde nos encontraremos con nuestra Divinidad"
Time of Metanoia

7 de marzo de 2011

¿Cómo podemos ayudar a Dios?

No debe ser tarea fácil ser Dios, considerando que nosotros su máxima creación nos hemos obstinado al parecer destruir lo creado por El. Por lo tanto, una de las primeras cosas a considerar como colaborador de Dios es cambiar la manera en que percibimos la vida, nuestro entorno y nuestra relación con el Creador, esto requiere de uno de los sacrificios más supremos del ser humano…desprenderse de sí mismo, comenzando por dejarte ayudar de El.

Para comenzar a ser un maestro o un mensajero de Dios no tenemos que saber y conocer bien a quién deseamos ayudar y en qué vamos ayudarlo. Esos seres aparecerán en nuestro camino y debe ser irrelevante quiénes son, cuál es su status social, si tiene o no poder adquisitivo, sólo consiste en mirar como el Creador lo haría.  Lo que debemos es conocer bien al Creador con el que deseamos colaborar y saber cual es su propósito... Nuestro Creador es la fuente de toda vida, libre de toda limitación, su extrema Sabiduría como esencia donde el amor es la suprema expresión que le imprime a todo lo que crea, es el medio con que El se manifiesta…decir amor es decir Dios, Dios es amor.  Comprendiendo esa como una de las virtudes y características esenciales de nuestro Creador podríamos entender cómo nuestra voluntad podría ser igual a la suya.  Sólo así conoceremos el propósito lo que nos llevaría inmediatamente a re pensar en todo lo que debemos hacer para cambiar nuestro mundo.

Rodolfo W. Trine en su obra “En Armonía con el Infinito” expresa en una definición bastante precisa, Dios es: “La suprema causa central del universo, Espíritu de Vida y Poder Infinitos que está detrás de todo, que todo lo anima, que se manifiesta así mismo en y a través de todo; aquel principio increado de vida del cual todo ha emanado, y no sólo del cual todo ha emanado sino del cual todo sigue emanando continuamente”. (Es decir, no hay reposo o estancamiento, hay actividad constante)  Señala en la misma obra que: “Este infinito Poder está creando, trabajando, rigiendo y gobernando por medio de eternas e inmutables leyes y fuerzas que corren por todo el Universo, que por todas partes nos rodea. 

Reconociendo esa verdad comprenderíamos que cada acto de nuestra vida diaria está regido por las mismas grandes leyes y fuerzas que Dios ha designado. Podemos concluir que si nuestro Creador sigue trabajando, creando, evolucionando, expandiéndose, hay leyes que rigen esa labor continua,  nosotros no estamos exentos de no hacerlo. Conocer los datos nos permite abrirnos al entendimiento para participar de tan fabuloso entorno de la mano del Creador como su coparticipe.

Podemos definir algunas leyes universales que le podrán ayudar, por ejemplo la regla o ley de oro; Trata a los demás como le gustaría que lo traten a usted. Este sería un buen comienzo, pero quizás expandiendo ese concepto podemos ver varios puntos adicionales a considerar.

Ver lo bueno en todo y todos
Quizás algo difícil en estos días dado que en nuestra sociedad hay raíces profundas de algunos de los comportamientos que hemos decididos copiar, por ejemplo la crítica negativa hacia otra persona es tan habitual que ya parece algo natural, vemos fácilmente aquello que llamamos defectos pero no alcanzamos a ver los nuestros. Esto lo vemos en la política, en la religión y en nuestra televisión, nos resulta difícil tomar parte en una conversación en la que no se hable alguna critica de alguien, generalmente amigo o conocido. Criticar tiene una línea divisora muy fina entre criticar y juzgar. Dejar de criticar y/o juzgar sería de gran ayuda.

Podemos reconocer que no somos perfectos en nuestras acciones, pero no por eso dejar de trabajar para serlo, debemos evolucionar, evocar a nuestro Creador, siguiendo el ejemplo de Jesús que nos vio a todos como sus hermanos gracias al amor que recibió de su Padre, hagamos lo mismo. Si procuramos hablar, actuar y ver solamente lo bueno en su relación con los demás tarde o temprano a pesar de los defectos podremos por amor ver la perfección del ser humano, una máxima creación…qué derecho nos da a nosotros criticar a lo que Dios ama.

Max Heindel dice: “es cierto que el sol tiene manchas. Pero sería estúpido fijarnos en las manchas cuando su luz es inmensa, es inabarcable, es cegadora y, además, nos da la vida”.

Servir a los demás
Poco a poco nos convertimos en una sociedad individualista, sólo nos preocupa lo que nos sucede a nosotros y a nuestros hijos, quizás por ir un poco más lejos puede que nos preocupe nuestros familiares, amigos o vecinos, pero eso demuestra nuestra enorme limitación.  Romper con ese pensamiento o con la adoptada costumbre nos permite ayudar, servir aún al que no conocemos porque logramos reconocer que todos somos parte de un todo.

Dice un popular refrán es mejor dar que recibir… si somos parte de Dios y anhelamos que su voluntad sea en esta tierra el servicio desinteresado que hacemos a los demás puede ser el camino más corto, más seguro y más gozoso hacia esa voluntad. El servir a los demás debe contar con el deseo de hacerlo, el amor, la compasión y la gran alegría que produce. 

Tener confianza y amor en nuestro Creador
Hoy día el ser humano desea superar todas las expectativas; entre ellas, la confianza en sí mismo, al unir sus fuerzas y actuar con determinación puede enfrentar todas las situaciones que la vida le presenta porque su confianza está en el Soberano quien es su fortaleza. La soberbia de aquel que piensa que no existe una fuerza mayor, una energía sobrenatural que lo mueve y lo inspira sólo es producida por la negación de no querer recordarlo. … Aún así el Padre sabe que llegará ese despertar, la apertura del sentimiento, su alma se abrirá al lenguaje universal del amor que lo conducirá al mensaje que Dios desea trasmitirle.

Los obstáculos aparecerán en una variedad de formas. Las circunstancias retan nuestra fortaleza,  nuestra paciencia parece menguar, y los temores amenazan con desplomarnos. Los fracasos del pasado nos invitan a renunciar, y la incredulidad o la falta de fe nos hace dudar de que Dios nos pueda ayudar en la decisión que hemos elegido para ayudar a cambiar nuestro mundo. Al enfrentar nuestros miedos y resistiendo comprenderemos que las dificultades no son para detenernos, sino que nos ofrecen la oportunidad de ver la manifestación de su ayuda.

Si nunca enfrentamos oposición, jamás llegaremos a conocer la grandeza de nuestro Dios. Muchas veces queremos conocer a Dios sólo por medio de la comodidad de nuestra experiencia, no deseamos atravesar por adversidades y complicaciones que muchas veces tienen el propósito de hacernos experimentar situaciones muy especiales que pueden despertar emociones que desconocemos tener. Al enfocarnos en la poca posibilidad de éxito de nuestra selección, olvidamos que nada hay imposible para Dios y estará a su disposición para ayudarle cuando así usted lo requiera.

¿A qué debemos de temer si Dios está con nosotros? Cuando estamos convencidos de que somos partes de Dios, sus hijos, de que somos espíritus destinados a llevar a cabo la continuidad de la evolución espiritual, con nuestro esfuerzo. Si sabemos que nuestro verdadero ser, nuestro verdadero espíritu proviene de El, reconociendo que el cuerpo físico es sólo una envoltura, una vestimenta…los miedos que aún podamos tener se desvanecerán ante su presencia en nuestra vida.

La confianza verdadera en nuestro Creador es la convicción profunda de que todo lo que nos propongamos lo podemos realizar, es nuestra voluntad. En el proceso no se desespere recuerde que los logros grandes, rápidos y llamativos pueden impresionar a la gente, pero Dios apunta a un éxito más grande y más permanente lo que puede tomar más tiempo.

Analizando todo lo escrito, corregimos nuestro título; Dios no necesita ayuda porque El es la ayuda, es el ser humano el que necesita de Dios, nuestra vida depende de El. Por esa fuerza que sostiene el universo es que sale el sol todos los días, la lluvia es una bendición porque el así lo determina, El ciclo de la vida se completa una y otra vez por su perfecta sabiduría, la tierra seguirá girando sobre su propio eje aunque nosotros decidamos un día que nos mantendremos quietos.  Seamos parte de la fuerza partícipe del ritmo de la vida, seamos nosotros la ayuda perfecta para todo aquel que lo necesite, seamos la esperanza para un mundo en necesidad y aquí quiero aplicar una frase que muchos por error piensan que se encuentra en la Biblia, la cual es muy apropiada para finalizar: Ayúdate que yo te ayudaré.


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