Frase o Cita de esta semana:

"Nacer es el comienzo de un viaje que la muerte no detiene, por el contrario, esa transformación, esa liberación le permite al alma liberarse del cuerpo, esto permite seguir el viaje hacía la eternidad donde nos encontraremos con nuestra Divinidad"
Time of Metanoia

23 de febrero de 2013

Libres del patrón generacional


Cuando notamos los ciclos de vida en el hombre y la mujer, estos pueden ser tan grandiosos como desconcertantes, pero antes de comentar sobre este aspecto demos una mirada a lo que sucede en el mundo animal. Son muchas las especies que por su naturaleza siguen perpetuando lo que su pasada generación les ha transmitido. La mariposa monarca por ejemplo, aprende dónde nació y transmite este conocimiento a la siguiente generación. Los cuervos bebés aprenden de sus padres a cómo comunicarse, alimentarse y permanecer seguros. Las ballenas permanecen siempre dentro de la manada y transmiten desde tiempos remotos su instinto de preservación a toda su cría.  Los ciclos se repiten una y otra vez, el ritmo de la vida continúa su fluir en la maravillosa danza del planeta.

Los ciclos en el hombre y la mujer, por el contrario, en muchas ocasiones danzan fuera de esa armonía con su entorno, su naturaleza y su divinidad. ¿Por qué estas variantes? Todas van a depender de la información, conducta, hábitos y costumbres transmitidas de generación a generación, variantes muchos más extensas que las del mundo animal por nuestra capacidad de inteligencia, entendimiento…pero a su vez llena de intolerancia e ignorancia por no fluir en la danza del planeta.

Deseo referirme aquí a los patrones que hemos heredado de nuestros padres, los cuales repetimos de manera conciente o inconciente. Cuando nacemos podemos experimentar el arrullo de unos padres amorosos, dedicados y emocionados por la llegada del pequeño Ser. Por otro lado, podemos nacer dentro de un hogar hostil, violento y carente de amor. Esto es una de las variantes humanas, el ambiente familiar en el que nacemos. Mientras crecemos, comenzamos a asociar e imitar lo que estamos viendo sin pensar si son  positivas o negativas. Somos cargados con gran cantidad de información referente a la familia, amistad, lealtad, como también estamos expuestos al odio, el rencor y la deslealtad por mencionar sólo algunos. 

Al llegar a nuestra vida adulta con toda probabilidad cada individuo repetirá alguno de estos patrones y 
pasará la misma información a sus descendientes.

Como la cadena cuales eslabones son fuertemente unidos y son difíciles de romper, de igual manera acabar con los ciclos negativos pareciera resultar un acto imposible de vencer. Las señales que te permiten ver cuando estás repitiendo un patrón negativo en tu vida puede notarse cuando ves que la misma no se mueve hacia delante, no ha evolucionado. Sientes como si algo estorbara en tus relaciones con las demás personas. La repetición de los dramas de la vida, problemas familiares, rencores, rencillas, la falta de perdón, las depresiones constantes, la ira y la falta de aceptación de personas que no piensan igual que tú… puede significar que ya haz vivido esto antes. Haz arrastrado todo el material informático a tu Ser y lo haz hecho parte del diario vivir. Estos ciclos son mencionados en la Biblia como maldiciones, y es que en teoría se convierten en eso.

Cabe mencionar un ejemplo de un ciclo negativo el cual sólo trajo derramamiento de sangre, odio y venganza. Para el año 1863, dos familias en Estados Unidos se enfrentaron a una guerra que sólo les trajo miseria a sus vidas. Los Hatfield de Virginia Occidental y los McCoy de Kentucky perpetuaron por generaciones la repetición de un ciclo de rencillas y venganzas, asesinándose unos a otros, practicando el impartir la justicia en sus propias manos honrando así como ellos entendían sus respectivas familias. Los miembros de ambas familias nacieron en un ambiente de conflicto heredado de sus generaciones pasadas. Caso similar ocurre cuando un Ser nace en un país con una historia de conflictos religiosos con otros países, o una civilización con intolerancia en creencias diferentes a las suyas. Aprenderás la intolerancia sin duda, la misma que ha perdurado por siglos entre nosotros.

Sin embargo el ejemplo de los Hatfield y McCoy representa esperanza. Para el año 1891 ambas familias acordaron terminar sus conflictos y en Junio 14 del 2003, Reo Hatfield tomó la iniciativa para realizar un tratado de paz el cual fue firmado por representantes de ambas familias. Aunque las sangrientas confrontaciones habían terminado un siglo antes, ellos realizaron esto como un acto simbólico y así demostraron que se puede romper con estos ciclos de odio y venganza, simplemente comenzar de nuevo amando y perdonando. Quizás debas detenerte un momento y te preguntes, ¿Esto fue lo que viví?, ¿Lo que aprendí?, ¿Lo que me dijeron que estaba bien? Toda la vida entendiste que constaba de una lucha, una competencia. Te implantaron creencias morales espirituales, religiosas, diferentes doctrinas y dogmas que te enseñaron a juzgar, a criticar… 

¿Dónde dejamos la enseñaza de amar a el Creador 
y a nuestro prójimo? Para muchos en el último lugar… 
¿Por qué no hemos podido transferir de generación en 
generación eficientemente esta enseñanza?

¿Nunca se te preguntó quién querías ser? Quizás toda tu vida se ha convertido en un plagio de alguien o de algunos. Es aquí cuando te detienes y lo harás, percibirás que ha llegado el momento de liberarse, estarás dispuesto a terminar con lo que tanto te ha molestado. Interiorizarás que no deseas repetir un círculo vicioso con tus semejantes, tus amigos, tu familia, tus hijos, inclusive tus enemigos, sólo por el hecho de que tu pasada generación lo hacía. Cuando repites actos, conductas y comportamiento nocivos para ti mismo y tus semejantes, sólo está maldiciendo tu presente, privándolo de libertad, felicidad, gozo y sobre todo de la conexión con El Gran Espíritu omnisciente y omnipresente, El Creador de vida. Al tener una actitud sincera de cambio es cuando logras tomar otra dirección, rompes el eslabón y la cadena pierde su fuerza. 

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