La personas que mienten son incapaces de afrontar la realidad por lo que se condena a vivir bajo la mentira. En nuestro mundo la primera gran verdad es que todos mienten. No importa la manera que lo quieran llamar: mentiras grandes o pequeñas, piadosas o necesarias, el acto sigue siendo despreciable y el mismo conduce a una vida carente de verdad. La verdad es innegable, absoluta y pura. Pero la mentira corrompe, destruye y aniquila.
¿Por qué miente esta sociedad? Simplemente porque se quiere ocultar la realidad de los actos o los eventos. Sabemos que es incorrecto este proceder pero mintiendo las personas evitan enfrentar las consecuencias de sus actos. La mentira es inventar y reinventar una historia tras otra, una vez dicha no tiene límites y como escribió el poeta inglés Alexander Pope “El que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera”.
"La verdad duele una sola vez, las mentiras para ocultar una verdad duelen mucho más"
"La verdad duele una sola vez, las mentiras para ocultar una verdad duelen mucho más"
El problema de mentir es que cuando decidas hablar verdad nadie te creerá, ese será tu peor castigo. Si la haces un hábito esto podría considerarse como un grave trastorno cuando notes que no puedes parar de hacerlo. Tendrás una conducta repetitiva y compulsiva. No tendrás freno. Serás el mentiroso del grupo y esta es una mala etiqueta difícil de quitar. Según Nietzsche la preocupación no es que mientas, sino que ya nadie podrá creer en ti.
La mentira es y será uno de los males que sufre la humanidad. Tantos ricos como pobres, políticos y religiosos todos en una medida u otra mienten. ¿Por qué mienten? ¿Por qué no expresan genuinamente lo que piensan y sienten? Este sería un mundo mejor si todos tuvieran la valentía de decir la verdad tal y como es, sin tapujos, sin disfrazarla. No sólo en ocasiones, sino siempre. Sin justificar la mentira diciendo que el fin justifica los medios porque todos merecemos la verdad absoluta. Sin rozar la mentira, sin guardar silencio porque es la mayor mentira. Sin temor a que la verdad duela porque sólo dolerá una vez no así la mentira. Nadie merece ser traicionado porque la mentira es alta traición. No debería ser enseñada por los padres porque es veneno para el alma de los niños. No debe ser dicha para crear un falso personaje porque luego descubrirán quién realmente eres. A fin de cuentas la mentira no debería nunca salir por la misma boca con que bendice a Dios.
“No hay nada oculto que no haya de salir a la luz”