
Perfección es precisamente el maravilloso poder para decidir quiénes somos, el libre albedrío para escoger no entre la vida de pecado o la vida de santidad como nos han enseñado las religiones, sino quiénes queremos ser. Queremos construir o destruir, amar o vivir en el temor constante, todo lo decidimos sólo nosotros. En cada una de estas decisiones, Dios nos habla y nos demuestra que nos ama de tal manera que nos deja ser libres, aún si lo que escoges no te favorezca, El sabe que hay un propósito en la decisión que has tomado que quizás ni tú mismo lo puedas entender, pero lo que existe es pura perfección aún en medio de lo que llamas tragedia.
El joven drogado escoge introducir en su cuerpo sustancias que destruyen su sistema lo que no es desconocido para él, pero escoge eso, se le enseñó que al tomar esa decisión Dios se apartaba de él, sería castigado en el fuego eterno y así lo creyó, se siente indigno y cada día su oscuridad aumenta. Pero su decisión tuvo un propósito, acercarlo a Dios porque realmente Dios no se aleja de nosotros, nos sigue amando, la decisión de este individuo sería encontrar a Dios a través del camino, a través de sus llagas, a través de su soledad, del hambre, del abandono y aunque nunca pudiese abandonar el acto y en esta vida terminara con una sobredosis, en ese último momento se encontraría con el de la mirada dulce que lo recibiría con los brazos abiertos.
Copyright © 2010-2013 Time of Metanoia. Todos los Derechos Reservados.