La intolerancia
religiosa es uno de los temas que levanta pasiones entre algunos. Irónicamente
algunos religiosos muchas veces fundamentan sus posiciones bajo la ignorancia y
el fanatismo, haciéndole cometer acciones que van en deterioro del mensaje. Es
un mundo diverso que necesita de la ayuda interreligiosa (mucho más que el
separatismo que se fomenta) para ayudar al necesitado. Nos envolvemos en vanas
discusiones sobre quién tiene la verdad o quién tiene la forma correcta de
vivir o agradar a Dios, mientras tenemos de testigo al pueblo que viendo
nuestras discusiones sin sentido se aleja cada vez más de las puertas de las
religiones…ese es el precio.
Muchos en ese fervor religioso olvidan que la paciencia es uno de los frutos
del Espíritu señalado en las Escrituras, paciencia que debemos usar con el
hermano creyente o no creyente. Pero se nos hace más fácil o nos olvidamos muy
rápido y tendemos a juzgar o criticar, esto es sinónimo de la imprudencia o
falta de sabiduría. Pero en realidad las más frecuentes razones son nuestra
necesidad de imponer, controlar, convencer, juzgar, etc. frutos basados en la “carne”
/”ego” que nos hace reaccionar a la defensiva, llevándonos por el camino de los
fariseos y no el de Jesús, humildad y servicio.
Si decidimos
elegir el camino de los fariseos crearemos más división que unión como ha
sucedido a lo largo de la historia, perpetuando el error de procedimiento. Peor
aún, faltando al ejemplo establecido por Jesús que NO impuso nada, El exhortó,
lo que implica que El NO interfirió con el libre albedrío otorgado a cada uno.
Dejó claro inclusive a quién le correspondería evaluar y/o juzgar nuestras
acciones o estilo de vida. Evidentemente su nombre o el mío no está escrito o
mencionado en las Escrituras con estos fines. El fue claro, a nosotros nos toca
amar. Recordemos que las evaluaciones de Dios no serán desde el punto físico,
sino espiritual, lo que guarda el corazón… la carne no es el objetivo de
salvación, es el alma.
Jesús no se defendió de nada ni de nadie...
Realmente nunca
he entendido el procedimiento de imposición, el método del miedo y crítica que
utilizan algunos contra sus hermanos creyentes. Peor aún con los no creyentes
en este punto cuando la opción es actuar como Jesús. Algunos creen que están
autorizados y que la palabra los respalda para esas acciones, pero eso nos
convierte en militantes, no hacedores de paz. Posiblemente usted está
capacitado espiritualmente para poner la otra mejilla, dar la capa, vender sus
bienes para darlo a los pobres, amar a su enemigo, ha dado servicio
comunitario, ayudando a los necesitados, dando de comer a los hambrientos,
etc. No se sorprenda, no es por
obras que usted será evaluado. Pero cuando usted se autoriza el atributo de
juzgar, criticar, de molestarse, indignarse, incomodarse con lo que hace o dice
el hermano, usted está errado, usted está en una rebelión con lo que cree…con
Jesús, con Dios…quizás usted está blasfemando.
Déjeme
recordarle, Jesús no se defendió de nada ni de nadie, no hay porqué defender nada...su
madurez y evolución espiritual le permitió entender su encomienda, entender a
quién representaba. No permitamos que hable el ego, dejemos que el Espíritu
obre en nosotros y en los demás. Tenemos que ser tolerantes...¡no todos creen
en lo mismo! o ¡igual que usted!
Si Jesús asumió esa postura,
si Dios permitió TODO,
¿Por qué no podemos tolerar las diferencias?
Hermanos, Dios
prácticamente negoció la salvación de la humanidad al enviar a su hijo, no tan
sólo eso, permitió todo lo que le sucedido a Jesús, su hijo amado. El que algún
creyente o no creyente le de uso a la palabra en otros términos, que actúe de
una manera que usted entiende no
es correcta no debe ser motivos de robarnos la paz o de sentirnos indignados,
al contrario es una oportunidad para mantenernos en paz, inmutables y serenos.
Es una oportunidad para orar como lo indica el segundo mandamiento (Acuerdo).
Recordemos lo que Jesús dijo en la cruz;
“Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”...¡Imitémosle! El
intercede con amor a pesar que fue humillado, torturado, y estaba siendo
crucificado cuando pronunció esas palabras. Si Jesús asumió esa postura, si
Dios permitió TODO, ¿Por qué no podemos tolerar las diferencias?
Haga un auto
examen de su estado espiritual comparándose con Jesús. Al juzgar las acciones o
la manera de expresarse de otros usted pone al descubierto su “ego” usurpando
un derecho que no le corresponde a usted. Refleja su ignorancia e inmadurez
espiritual, refleja y expone que usted NO confía al que usted le sirve. Usted
no cree que EL pueda lograr el cambio que usted desea en otra persona, eso es
lo que implica cuando usted actúa. Esto lo convierte en un arrogante, dado que
usted está interrumpiendo en el proceso que Dios tiene con esa persona. En
otras palabras usted le quiere indicar a Dios como debe hacer su trabajo, sólo
porque usted le ofende lo que dice o hace su hermano. ¿Acaso Jesús o Dios se
ofendieron? Esto refleja una inmadurez espiritual sin precedentes. Encomendemos
a la persona al Creador y El hará el resto, eso es para mí es honrar la Fe, no
defender la Fe. Evalúe sus acciones primero, vea la paja de su ojo,
posiblemente se está quedando corto en sus propias expectativas al tratar de
ser líder sin mucho fundamento, sin sabiduría, humildad, paciencia, amor, etc.
No podemos ser pasionales sin sentido porque de eso al fanatismo es un corto
camino.
Honremos el
sacrificio de Jesús abandonando el ego que nos engaña con el sentido de
superioridad, segándonos en la carne, eclipsando el Espíritu. Debemos ser
remansos de paz para el afligido, aguas que calmen al sediento, brisa suave que
acaricie un rostro sin sonrisa, luz que guíe en el camino y lluvia fresca
dejando rocíos. No olvidemos el ejemplo de humildad de Jesús, la paciencia y el
amor que EL demostró a todos aún a los que no le seguían.
Como piensan y
actúen los demás no deben incomodarle...hay amplitud de conocimiento cuando los
seres pueden expresar distintos puntos en el marco interreligioso... Los diálogos
con otros creyentes, no creyentes
o de otras filosofías pueden ser de respeto y cuando esto sucede, cada
uno se evangeliza, se predica…si la sabiduría y el Espíritu están presentes en
los diálogos estos serán unos amenos para todas las partes. Esto nos conduce
por el camino de la unión, respeto y ayuda interreligiosa que necesitamos para
seguir el camino de amor al prójimo, encontrando el punto donde el amor nos
une. A ese amor algunos le llaman Dios, Krishna, Buda, Alá, Mahoma, Energía,
Luz, éter, Madre Tierra, Cristo, etc. de una forma diferente pero al fin de
cuentas para mí es la misma fuente divina…el amor es la religión de Jesús y este fue el mayor exponente de
Dios cuando lo envío a enseñarlo…
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Copyright © 2010-2013 Time of Metanoia. Todos los Derechos Reservados.
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