Veamos cómo funciona la poderosa herramienta de su voluntad, de su acción y de su persistencia cuando laboran con el Creador, esa fuerza creadora se manifiesta de la manera más sutil para atender y ayudarle...sólo hay que ¡intentarlo! y ¡creerlo!
Había en una ciudad un juez, que no temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: "Hazme justicia de mi adversario". Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.
La persistencia de la viuda, su voluntad y sus continuos intentos le merecieron la justicia que ella reclamaba ante sus adversarios, el juez tomó acción y le hizo justicia de manera tangible. En el contexto que sucede este evento debemos recordar que las viudas eran defendidas por la legislación hebrea, ellas eran presentadas en el Antiguo Testamento como personas de cuidado especial y misericordia de Dios. Preocuparse de ellas era característica de la época. Ellas reflejaban humildad, eran personas desamparadas. Los Profetas pronuciaban juicio contra los que las oprimían. De hecho Jesús condenaba severamente a los fariseos por abusar de ellas Mr 12:40.
"Lo que hizo la viuda es lo que Dios espera de nosotros"
Podemos ver como esta humilde viuda intenta, persiste ante un juez que NO teme a Dios ni sentía respeto alguno por el hombre. Esta viuda según nos enseña Jesús siguió intentando, visitando al juez hasta que su reclamo y su interés fue resuelto. Dios pudo haber intercedido a favor de la viuda, de hecho así lo hizo, ablandó el corazón del juez, pero trabajó discretamente en el corazón de éste. Ella sin embargo hizo su parte, trabajo en su proceso, intentando una y otra vez, sin rendirse, sin quedarse en el primer intento, a mitad de camino…eso es lo que hace Dios y lo que hizo la viuda es lo que Dios espera de nosotros para obrar en nuestras vidas. Como a la viuda, Dios desea glorificarle a usted, pero debe haber una acción de su parte, no le deje todo a Dios, esa acción, ese intento, esa desición de insistir, le confirma una y otra vez el deseo de su corazón al Creador...aquí las destrezas no juegan un papel importante, sólo las acciones motivadas por los deseos de intentar que las buenas cosas sucedan.
"No le deje todo a Dios, haga su parte"
En esta parábola el mismo Jesús le explica a sus discípulos la importancia de intentarlo una y otra vez, hasta que veamos los resultados esperados según sea la voluntad de Dios. Si tradujeramos esa manisfestación al aspecto espiritual comprenderíamos que nuestro Padre verá nuestros intentos, nuestras persistencia y esfuerzos en todos los asuntos que en común acuerdo se atendieran, reservándose el Padre la voluntad Suprema para todas las cosas, incluyendo el beneficio positivo de nuestros reclamos, en otras palabras si lo que usted solicita le conviene.Para la época en la que se desarrolla este evento las viudas eran protegidas por la religión, pero eso no le ayudó mucho, de hecho nadie le ayudo en su gestión, tampoco ella se sentó a esperar que intercedieran por ella ante el juez, al contrario ella accionó su fuerza interior, su impulso y sentido de justicia para lograr que en el aspecto terrenal se le hiciera justicia por medio del juez. Ella tuvo fe y confió. ¿Podrá usted tomar acción, voluntad, persistir e intentarlo con el Dios de Jesús, de Mahoma, de Buda, etc...?
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