Frase o Cita de esta semana:

"Nacer es el comienzo de un viaje que la muerte no detiene, por el contrario, esa transformación, esa liberación le permite al alma liberarse del cuerpo, esto permite seguir el viaje hacía la eternidad donde nos encontraremos con nuestra Divinidad"
Time of Metanoia

2 de enero de 2013

Una bala, miles de abrazos...


"Por cada bala, cada asesinato, cada muerte, cada lágrima... se ofrecieron miles de abrazos, miles de besos, miles de condolencias, miles demostraciones de apoyo, se prendieron miles de velas, se otorgaron miles de flores, se generó unión, hicimos el dolor de otros nuestro. Demostramos una vez más que el amor, la sensibilidad y solidaridad que el ser humano puede expresar es mayor que el daño que unos pocos pueden generar"

Grandes acontecimientos ocurrieron en el año 2012. Sucesos históricos como lo fue la re-elección del Presidente de Estados Unidos Barack Obama. El evento mundial de los Juegos Olímpicos celebrado en Londres dejaba al mundo sintonizado a los grandes eventos deportivos donde cada país celebraba con orgullo a los suyos. También fuimos testigos del gran fenómeno “Gangnam Style” interpretado por el coreano PSY quien rompió records en “You Tube” y puso a bailar al mundo entero con su famoso baile del caballo. La malinterpretada profecía Maya, para algunos el fin de la humanidad. Por otro lado, el mundo experimentó grandes cambios climatológicos, terremotos e inundaciones y el paso del Huracán Sandy por la costa este de los Estados Unidos convirtiéndose luego en la tormenta perfecta dejando caos y desolación.

Hubo noticias buenas, algunas no tan buenas y otras sencillamente nos dejaron con la boca abierta. Desde comienzos del año 2012 el mundo se vistió de luto por diferentes masacres, atentados suicidas, intolerancias que dejaron un mar de sangre alrededor del globo terráqueo. 53 muertos fue el resultado de un atentado terrorista ocurrido en Basora, Irak donde las víctimas fueron peregrinos que estaban participando en una actividad islámica. En ese mismo mes de enero en Nigeria nueve personas de religión cristiana fueron asesinadas y sus templos destruidos. Mientras que semanas después en Siria los bombardeos dejaban 260 personas masacradas en zonas residenciales. Durante el mes de abril, en plena celebración de Semana Santa un atentado terrorista contra iglesias cristianas dejó 38 personas muertas. A finales del mes de mayo en la ciudad de Hula, Siria ocurrió otra masacre donde 108 personas, entre ellos civiles y niños fueron ejecutados en sus propios domicilios. El 20 de julio, durante el tan esperado estreno de la película The Dark Knight Rises en un cine en Aurora, Colorado un pistolero mató a 12 personas creando caos e indignación. Estas no son todas las noticias desagradables, sólo son una parte entre tantos eventos que muchas veces resultan incomprensibles a nuestras mentes y nuestras almas.

No puedo dejar de mencionar la noticia que conmocionó al mundo entero el pasado 14 de diciembre donde 27 personas murieron en la Escuela Elemental Sandy Hook en el pueblo de Newton en Connecticut. Ese día 20 niños asesinados realizarían su casita de Jengibre. Se encontrarían ansiosos pues se acercaba el día de Navidad y como todo niño sus mentes no dejarían de pensar en los regalos que tendrían. Muñecas, trencitos, carritos de control remoto, computadoras, bicicletas, casas y castillos para sus barbies, regalos que estarían en las listas de estos pequeños. Esperarían la nieve para hacer un gran muñeco de nieve con sus hermanitos. Otros realizarían el drama de Navidad, unos serían ángeles, pastorcitos, los Reyes, los animalitos. Cantarían la Noche de Paz, comerían dulces, pasteles, jugos de fresas, piloncillos de menta. Harían postales con brillos y tules para sus amiguitos de clase, escucharían los cuentos del Grinch y el de Rudolph. Pondrían bombillas, lazos, bolas de colores y una estrella a su árbol de navidad. Sólo imagino las tiernas sonrisas de los inocentes, sus carcajadas, sus tiernas manitas acariciando a mamá y papá, su despedida habitual de cada mañana al dejarlos en la escuela, sus bultitos de la cenicienta, de batman, sus loncheritas con la meriendas, la galleta, su jugo favorito. Imagino el calor de sus dulces besos en las mejillas de sus padres, sus abuelos. Los quiero imaginar cantando, bailando, riendo, gritando, corriendo por los pasillos haciendo travesuras.

No quiero ver la desgracia en todo esto, quiero ver la perfección. De todos estos eventos mundiales en este año y en especial el de Sandy Hook quiero seguir viendo lo que vi, en medio de una tragedia como esta la humanidad se une, se abrazan, lloran juntos, comparten el dolor de otros porque saben que es el de todos. Me conmocionó como una mujer viajó de un estado de la nación a otro en un RV para llevar pastel de manzana a las personas donde ocurrió esta tragedia. El correo no paraba de recibir cartas de apoyo de personas del mundo entero para decir estamos contigo, compartimos tu pérdida, te amamos. Hubo vigilias, peluches, flores, pero sobre todo vi héroes que dieron su vida en este incidente. Vi a Jesús en una maestra que ocultó sus estudiantes en los armarios pero ella se ofreció en sacrificio.

No es esto la perfección divina. Sí lo es. Cada noticia lo es. Porque cuando estamos concientes de que estas almas están ante la presencia de la Majestuosidad, del Invisible, de un Dios maravilloso que nos dice, en medio de la tragedia yo también estoy. El ve la unidad, las desgracias es eso que existe en el plano ilusorio de nuestra estancia aquí en nuestros cuerpos lo que nos hace ser mejores seres. Cuando experimentamos eso, nos duele, no lo podemos explicar, nuestra mente solo piensa en la pérdida, pero nuestra alma sabe algo más. Estos ángeles que se fueron, que nos fueron arrebatados violentamente están en un lugar que yo lo compararía al mundo mágico de Disney. Son luces eternas que están cantando sus villancicos en el cielo. Ya terminaron sus casitas de Jengibre y no dejan de sonreir. Ya abrieron sus regalos de cajitas de estrellas con las que ellos están dibujando otros planetas. Están montados en un carrusel de unicornios azul turquesa que da vueltas y vueltas. Dios mira dulcemente esas luces que acaban de llegar y se alegra de que estén de vuelta en casa, su verdadero hogar, mientras tanto mira a la Tierra y ve con compasión a los padres, amigos y familiares terrenales de estas lucecitas. Les promete que todo estará bien, que algún día se reunirán con las lucecitas y no habrá más llanto ni dolor sino una eterna paz.


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