El cristiano "no puede juzgar a nadie, ya que el
único que puede hacerlo es Dios, no debe criticar, hablar mal, de los otros y
tiene que ser dócil y caritativo", afirmó hoy el papa Francisco durante la
misa que ofició ante la presencia de personal sanitario y funcionarios del
Vaticano.
"Que el Espíritu Santo lleve la paz a las
comunidades cristianas y enseñe a sus miembros a ser dóciles, renunciando a
criticar a los otros", dijo el papa Bergoglio durante la homilía de la
misa que celebró, como todos los días, en la capilla de la residencia de Santa
Marta, donde se aloja, informó el Vaticano.
El Obispo de Roma se refirió a los primeros cristianos
y destacó que vivían unidos, en armonía y amor mutuo, dimensiones -dijo- que
hay que volver a descubrir hoy.
El pontífice manifestó que hay que descubrir de nuevo
la docilidad, una virtud -afirmó- que está un poco olvidada. "La
mansedumbre tiene muchos enemigos, el primero de ellos es hablar mal. Criticar
a los otros, atacarles, son tentaciones del diablo que no quiere que el
Espíritu Santo venga a nosotros y logre la paz, la docilidad en las comunidades
cristianas", señaló.
El jesuita Francisco agregó que la crítica "no es
la vida nueva" del cristiano, que tiene que ser caritativo, y recordó cual
tiene que ser el comportamiento justo de un cristiano.
"No juzgar a nadie, ya que el único juez es el
Señor. Estar callados y si hay que decir algo se le dice al interesado, a quien
pueda remediar la situación, pero no a todo el barrio. Si con la gracia del
Espíritu Santo logramos a no criticar más, será un gran paso, que nos hará bien
a todos", subrayó.
Como reconoce el propio Papa, este asunto debe ser una prioridad para todo aquel que desea una vida nueva, para todo aquel que se hace llamar cristiano pero que todavía vive en este tipo de conducta, ¡es hora de cambiar! ¡de transformarse!.