Indiscutiblemente el libre albedrío otorgado por el Creador no ha sido comprendido, esto lo demuestra nuestra incapacidad de ejercer influencias constructivas para llevar a cabo las principales razones para lo que fuimos creados, antagonizando constantemente muchas veces de maneras devastadoras como si nuestra naturaleza sólo fuese evocar nuestra faceta destructiva, imperialista, separatista, racista, entre otras.
Desde la creación Dios nos otorgó la autoridad sobre todo lo creado, confiando en nuestro juicio para protegernos a nosotros mismos y a la Tierra otorgada, no creo división alguna, no eligió a unos en especial sobre otros, eso incluyendo las tierras. Desde los relatos antiguos la tierra tenía un valor significativo para todos. En la época de los romanos, por ejemplo, los emperadores otorgaban la tierra conquistada a sus notables comandantes. Otro ejemplo se encuentra en la Biblia cuando se relata el momento en que el Faraón de Egipto cedió unos terrenos a los hermanos de José, la llegada de las 12 tribus a Israel a tierra de Egipto. También señala el caso de Abraham y su sobrino cuando decidieron dividirse la tierra que al parecer no tenían dueño. Asi de sencillo era el proceso de adquirir tierras, pasar de un territorio a otro, pero lo que daba el verdadero sentido de pertenencia es que el que se apropiaba de la tierra la trabajaba para cultivarla...para que de ella rindiera frutos.
Ese proceso natural era interrumpido por los deseos de conquista de algunos, de arrogancia de otros o abuso de poder que propiciaba a la invasión de aquellos usualmente los menos afortunados o débiles, dando paso a que los pueblos comensaran a trincherarse. El más fuerte con un gran ejército, con más poder atropellaba a los que vivían en paz y armonía con su tierra, su gente y su familia. Muchas veces el deseo de conquista y grandeza humana se hacía en nombre de Dios, o porque Dios lo autorizaba u ordenaba. Dios deseaba quitar tierras a unos para dárselas a otros esto sin importar si en el proceso se asesinaban a mujeres, niños, hombres... su creación, sus hijos.
¿Cómo podemos explicar esto? ¿Cómo podemos pensar que Dios es el que dicta se cometa tal abuso, tal atrocidad? Cuando Jesús dijo que el reino de Dios es para los débiles, que El es nuestro refugio quién cambio eso entonces…el hombre basado en sus malas interpretaciones sobre los mensajes de Dios o peor aún justificando sus actos en nombre de Dios.
Toda nuestra creación, pertenece a una mente llena de sabiduría en todas las ciencias, astronomías, bilogías etc para crear tan perfecto entorno para sus habitantes...majestuosa creación que relacionadas entre sí, unidas crean nuestro mundo...un paraíso, una belleza que solo es superada por el amor de Dios que aún sostiene nuestro mundo y que pocos hemos tenido la capacidad de imitar.
Esta Tierra fue creada para todos los seres humanos vivientes, creados por Dios, por lo tanto, como el creado se convierte en propiedad de su creador según nuestras leyes terrenales pensamos que lo que por guerra se ha conquistado nos pertenece. Nos auto proclamamos dueños de una Tierra que no es nuestra, creyendo que sólo pertenece a la raza humana que la habitará eternamente hasta que su Creador lo permita. Pero, lo que sucede en realidad es que usted y yo estamos de paso en esta tierra, en este mundo en el que nos aferramos, nos afanamos...conductas que difieren con el deseo de estar, partir al Reino de Dios. Jesús dijo que su Reino no era de este mundo, hablaba del mundo espiritual, es en ese mundo que usted y yo vamos a estar.
Antes de proseguir, que el lazo de propiedad que nos une a nuestro creador es el lazo de amor no el de la Tierra, ella puede desaparecer pero el amor que nos une al Creador es eterno. El otorgó la vida, la creación, el mundo y nos ubicó en esta bella esfera para que al igual que él experimentáramos el proceso de crear nuestra experiencia. No solicitó nada, sólo deseaba que nuestra especie recordara quiénes eran realmente; seres llenos de luz quienes crearían un mundo de luz. Nos olvidamos de ese propósito y como consecuencia muy pronto comenzamos a perder el brillo, la luz que debemos emitir de nuestro Creador como espejo reflector. Hemos puesto nuestros deseos, nuestros propósitos olvidando los del Creador, ese mundo de luz cada vez más tenue, sin brillo, gran parte extinguiéndose.
Nada aquí abajo en la Tierra, en los mares, en el cielo es nuestro, pero el ser humano se ha apropiado de tierras que deberían ser para el disfrute de todos, hemos establecido fronteras, limites de paso impidiendo así la capacidad de movimiento para que puedan ir a cualquier lugar de la Tierra sin necesidad de visas o permisos de entrada o salida, ¿Ese fue el mundo pensado por Dios para nosotros?, pero nosotros lo hemos convertido en un mundo de intolerancia, de divisiones fronterisas, en un mundo con poca luz y sin mucho brillo.
Esto acontece desde los tiempos antiguos, las fortalezas, los castillos, el muro de Berlín, la muralla de China, el muro de USA con Mexico, por mencionar algunos. No olvidemos los puestos que vigilan las fronteras de cada país, pero aún así los llamamos hermanos. ¿Un hermano tiene que pedir permiso para entrar a su casa?, ¿A su tierra? o ¿Por lo menos la de su padre por conducta de herencia?…hemos permitido que se nos limite el derecho de movimiento como se hacen con los animales en los zoológicos, aún a ellos se les viola sus derechos de libertad y movimiento. Al igual que en el pasado, todo con la excusa de proteger al pueblo, o ¿Para controlarlo?. Algunas veces con razón otras sin ellas.
Fue un mundo creado para compartirlo en armonía, en paz y para todos, sin límites ni fronteras… ¿En qué lo hemos convertido? en un mundo lejos de los propósitos para los cuales fue creado.
"Dios no creó las fronteras, las diferencias entre las razas, las diferentes religiones... sólo creo una Tierra... para todos, una raza... la humana, una religión... el amor al prójimo como a ti mismo, por eso me angustio por la ignorancia del hombre". H. Díaz
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"Dios no creó las fronteras, las diferencias entre las razas, las diferentes religiones... sólo creo una Tierra... para todos, una raza... la humana, una religión... el amor al prójimo como a ti mismo, por eso me angustio por la ignorancia del hombre". H. Díaz