Los relatos de las Escrituras nos informan que fuimos creados a imagen y semejanza de nuestro Creador… Espíritu, alma y cuerpo, son las tres partes de nuestra estructura, de nuestra composición como seres humanos, como partes del Todo que se expresa y se manifiesta en nuestras vidas. Evidentemente nuestros inicios proceden de esa luz, de esa imagen, de ese espíritu que al parecer fue segmentada para poder tener la capacidad de la experiencia del todo simultáneamente en todas partes. Jesús dijo "el Padre está en mí y Yo en el Padre", relación que se repite con cada uno de nosotros, enseñanza que aún se nos dificulta entender, que se presta para miles de interpretaciones, pero que en efecto trata de ilustrarnos que todos somos el Todo.
Nuestra experiencia del cuerpo puede permitirnos comprender de primera mano parte del Todo, parte de nosotros mismos, parte de Dios...
Nuestra experiencia del cuerpo puede permitirnos comprender de primera mano parte del Todo, parte de nosotros mismos, parte de Dios...
El cuerpo la única parte de nuestra estructura que tiene la capacidad de realizar las cosas físicas en este mundo físico, que utiliza el alma como envoltura, como carapacho, como carruaje que le permite percibir y disfrutar lo creado, el cuerpo se encarga de la experiencia, a través de sus sentidos y sus capacidades, a pesar de que sus creaciones tienen sus limitaciones.
Me explico, el diseñador de un avión necesita contar con el conocimiento de distintos ingenieros en distintas especialidades, personal experto en producción, en mecánica, de ensamblaje, etc. Posiblemente el diseñador puede que no tenga el conocimiento o destreza para maniobrarlo por lo que necesitará de un piloto para poder ver su dibujo, su diseño hecho realidad. Sólo nuestro Creador es capaz de tener la capacidad de ese conocimiento en todas las etapas de la fabricación de ese avión. No existe mente humana alguna que tenga y pueda tener la capacidad de construir un avión solo. Se requiere de un equipo extenso para lograrlo. Así nuestro Creador se manifiesta, se experimenta así mismo través de nosotros…utilizando el encapsulado de nuestra alma en nuestro cuerpo, para lograr las cosas físicas.
El alma corresponde a nuestra individualidad, a nuestra semejanza, a nuestra identidad interior, a nuestro ser que ejerce su experiencia a través del cuerpo con el libre albedrío otorgado que le permite elegir la manera y forma que desea experimentar como alma su percepción de la vida como ser humano. Finalizada esa experiencia, ese proceso de evolución retornaremos como parte integral del Todo Creador.
El espíritu, el generador y creador, conector de las tres estructuras... Quizás puedo explicarlo utilizando el ejemplo del árbol de navidad. El árbol de navidad sin sus luces y adornos es simplemente otro árbol más, las luces que lo adornan son bombillitas individuales que están sujetas por un cable que se esconde entre las ramas lo que resulta en el alumbrado del árbol. Por lo general nunca vemos donde está conectado, pero sí sabemos que para que las bombillitas enciendan tiene que haber un conector de energía cerca, pero a su vez el generador de energía puede estar a kilómetros de distancia… no lo vemos pero tenemos la certeza que en algún lugar se está produciendo la energía.
Pero lo cierto es que a pesar de las diferencias, podemos ser como las bombillitas del árbol de navidad, semejantes pero de distintos colores, todas las bombillas sujetas por un mismo cable que nos permite brillar para seguir alumbrando la humanidad.
Grandes y mayores cosas harán dijo Jesús en una ocasión… aunque lamentablemente por no entender el valor de esa experiencia la ignorancia nos llevará inclusive a la destrucción de nosotros mismos.
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