En mi niñez escuché muchas veces a mi padre decirme, ‘Hijo, muchas veces perdiendo se gana’, esa frase me marcó desde entonces, se grabó en mi pensamiento como si se hubiese escrito en piedra a fuerza de un cincel y martillo. No ha sido fácil entender su significado. Nunca pude saber a qué se refería mi padre con la frase o por lo menos que significado tenía para él. Cuando por mi inquietud le indagaba, sólo me explicaba, “Es sencillo, hijo, en ocasiones es mejor perder que ganar”. Esa explicación acrecentaba aún más mi curiosidad por las palabras y la manera de ejecutar una ecuación donde perder era mejor que ganar. Como niño nunca la logré comprender, sólo el tiempo, la humanidad, la vida misma, las personas con las que me encontré en mi camino se encargaron de darle ese significado con claridad. Quizás para mi padre la frase tuvo un significado distinto, o usted por su propia experiencia en la vida pueda darle un singular significado a esta singular frase. En mi caso le explicaré mi humilde concepto.
Buscar los orígenes de la frase o su uso en el contexto histórico podían ayudarme a entender la frase que me permitía perder pero a la vez ganar. En una época de mi vida concluí que definitivamente la frase no era posible aplicarla a este mundo. Una conclusión inmadura propia de mi edad de adolescente.
Lo que es un hecho es que la frase puede convertirlo en un perdedor o en un ganador. En un mundo que todos desean ser ganadores, ser perdedores no es la norma. Los ganadores temen perder y los perdedores desean ser ganadores. Ser perdedores en un mundo de ganadores es difícil, dado los prejuicios, estigmas sociales, culturales que abarcan más el concepto, aunque nuestro mundo insiste en centrarlos entre en estos dos grupos. Lo que es evidente en este mundo de ganadores muy pocos desean perder para ganar.
Los ganadores tiene éxito, educación, dinero, posesiones…todo aquello que Jesús rechazó en su paso entre nosotros. En este mundo materialista de ganadores ser como Jesús es sinónimo de ser perdedor al igual que seguir sus genuinas enseñanzas de vida, alejadas del materialismo. Enseñanzas que vivió en ejemplo propio para demostrar a un mundo tóxico la verdadera esencia de la vida, la misma que no radica solamente en el cuerpo, está en nuestro espíritu, en nuestra alma que desea ser libre de esas ataduras ligadas a los conceptos de ganadores o perdedores que ha creado el mundo. Jesús no impuso, sino condujo y ofreció esa libertad por la vía del amor, su mayor exponente, con agradecimiento honrando con amor al Creador, esa es la fórmula de convertirse en perdedor según este mundo.
Hoy como adulto entiendo muy bien la frase ‘Perdiendo se gana’, no estaba muy lejos de su significado que mi rebeldía de juventud me permitía entender. Es una ecuación que no se aplica al mundo materialista en el que vivimos. Es una regla que ayuda a su mundo espiritual para poder sanar el alma de las ataduras que nos hacemos o nos sometemos cuando es mejor perder una amistad que no conviene y que puede llevarle a problemas. Una pareja que obstaculiza su crecimiento o le ata al sufrimiento, un trabajo que no le agrada o le satisface y que estás en él sólo por compromiso o dinero. Las religiones que le condenan y le llevan al infierno, entre otras situaciones que la humanidad ha deseado darle importancia y prominencia en nuestro mundo. Las situaciones mencionadas nos atrapan en el afán del mundo físico, del mismo que Jesús deseó liberarnos.
La vida de Jesús lo ilustra perfectamente…aunque algunos creen que Jesús perdió la vida, El nunca perdió nada, todo lo creado, lo visible e invisible es conferido a El, a mí y a usted. Este mito no es concerniente a los demás, sólo le concierne a usted, ¿Es su concepto? o ¿El del mundo que le abruma sobre ser ganador o perdedor?. Jesús en el Calvario cuando exclamó: ‘Consumado Es’ se declaró el vencedor a pesar de que le vieron morir, le vieron perder… No importa lo que piense el mundo, Jesús NO se dejó influenciar por este mundo porque su reino es fuera de la comprensión de este mundo, como quizás para muchos la frase que origina este escrito... pero mi significado es sencillo, 'Es el camino para llegar allá, al mundo espiritual, al Reino que se refería Jesús, perdiendo las cosas de este mundo, incluyendo nuestro cuerpo, nuestra vida…la ecuación que me permite perder y a su vez ganar la libertad y eternidad'.
¿Qué ganó Jesús? Nada. ¿Una parte de un pueblo que no le ama, no le escucha, no vive a su voluntad? ¿Qué perdió? Nada. ¿Qué experimentó entonces? Ser un ser humano ¿Qué desmostró? Que en este mundo se puede vivir de acuerdo a la voluntad del Padre, que venció la muerte, que es posible perdonar a pesar que el prójimo le crucifique... sólo con amor, tolerancia y misericordia. Acciones que muchas veces están ausente en el mundo materialista, intolerante, violento, etc. Jesús perdío la vida pero está sentado a la diestra del Padre... ¿Entonces?, habremos entendido que perdiendo se gana.