Un hombre que nació en pueblo insignificante, relativamente pobre, hijo de una mujer humilde, creció en otro pueblo sin mucha importancia, trabajó como carpintero hasta que tuvo 30 años para luego vivir y dedicar los últimos tres años de su vida como un predicador perseguido. Nunca escribió un libro, pero ha inspirado a muchos, no tuvo familia para sí, pero acogió de amor a todos los seres humanos, jamás asistió a la universidad, pero dictó cátedra de humanidad, jamás puso un pie en las ciudades grandes, pero su legado trascendió fronteras, nunca viajó más allá de su continente, pero su grandeza recorrió el mundo… jamás realizó ninguna de las cosas que generalmente se asocian con la grandeza, pero venció la muerte.
Se dedicó a sanar enfermos con su palabra y sus manos, vivió para enseñarnos el camino del amor que conduce a la vida eterna, no construyó templos ni palacios, no tenía más credenciales que él mismo. Fue el primer gran revolucionario de la historia religiosa. Cuando todavía era un hombre joven, la opinión pública se volvió en contra de El. En la hora de mayor peligro sus amigos le abandonaron, uno de ellos le negó, otro le traicionó por dinero, tuvo que soportar la burla de un juicio, su pueblo no lo eligió a El para su liberación, siendo Barrabás el liberado, fue expuesto a una cruz entre ladrones, sintió la furia y la tortura en su cuerpo, probó el juicio del que es capaz el ser humano, fue escupido y humillado, sus ejecutores mientras el moría, se jugaron la única propiedad que tuvo en la tierra… su túnica. Cuando murió, fue bajado y puesto en una tumba prestada.
Han pasado casi veintiún largos siglos, sus enseñanzas, su compasión y su amor no han podido ser opacado por los avances de la tecnología, por los grandes barcos, aviones, cohetes que se han construidos… tampoco por todos los ejércitos que han existido… por todos los parlamentos y gobiernos que se han instalado… por todos los reyes e imperios que han reinado… Todo eso no ha afectado ni opacado la vida única y solitaria de este hombre que venció la muerte, que en su caminar sobre la tierra influenció tan poderosamente con amor y misericordia a toda una humanidad, que seguirá inspirando por los siglos de los siglos…ese, su Creador, su Padre y su mensaje fue el que Jesús nos presentó...un mensaje de amor, con enormes dosis de humildad, sin pensar en recompensas, en lucro, en gloria o reconocimientos.
EL es hoy por hoy la única inspiración, es la esperanza del mundo, el consuelo de los tristes y el redentor de todos… su nombre, su presencia en nuestros corazones llenan nuestras vidas de verdad, esperanza, fe, amor, misericordia, compasión y mucha humildad, entonces habremos encontrados las señales del camino que nos conducen e indican que vamos por el camino correcto…el que nos conduce a la vida eterna.
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