Esas palabras de quien una vez fue un príncipe como tantas otras de grandes maestros y sabios nos brindaron luz para realizar esa transformación y despertar a una verdad absoluta, un encuentro de nosotros mismos con la realidad sobre todo lo que nos rodea, tanto en el aspecto físico como espiritual.
Comunicar nuestra metanoia nos expone a muchos señalamientos, pero recordamos un pensamiento de Mahoma “Di la verdad aunque sea amarga. Di la verdad aún contra ti mismo” ese pensamiento nos llevó a la reflexión dando paso a la liberación de pensamientos acumulados y callados por años…llevándonos a nuestra verdad.
Los textos Sagrados de todas las religiones persiguen de una manera u otra los caminos, las enseñanzas de su Dios, de su Creador, de su Divinidad entre otros nombres, dando paso a un sin fin de religiones, no ya un conjunto de ritos y costumbres, sino un medio que hemos utilizado para separarnos. Jonathan Swift dijo una vez “Tenemos bastantes religiones para odiarnos unos a otros, pero no las suficientes para amarnos”. Este pensamiento expresa una gran verdad: Dios no es religión es más que eso…es Amor, pero muchos utilizan las religiones como enlace para llegar al Creador, lo ven como medio de unificación, pero por la intolerancia a las creencias del prójimo se convierte en elemento de separación, lo que les lleva a olvidar en ocasiones lo que debería ser la meta de todas las religiones, la búsqueda del medio que los pueda poner cara a cara con el Creador.
Si unimos todos los sucesos de los últimos 20 Siglos y las distintas posturas asumidas por las iglesias, sacerdotes, pastores, ministros, gobernantes, emperadores, faraones, por mencionar algunos, nos lleva al compromiso de profundizar e interpretar el mensaje más allá de las interpretaciones simbólicas, tradicionales y culturales. Las mismas que fueron sujetas a interpretaciones circunstanciales, presiones indebidas o convenientes transformaciones según el momento histórico y político que atravesaba la humanidad en tiempos pasados.
El mismo Jesús estableció hablarle al pueblo por medio de parábolas estableciendo una diferencia como le transmitía el mensaje al pueblo vs a los apostoles según nos relata San Mateo 13:11.
Jesús les dijo: “Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; más a ellos no les es dado. Porque a cualquiera que tiene, se le dará, y tendrá más; pero al que no tiene, aún lo que tiene le será quitado. Por eso les hablo por parábolas: porque viendo no ven, y oyendo no oyen, ni entienden”.
Evidentemente, muchos de los secretos y misterios del reino del que habló Jesús pueden que hayan sido mal interpretados, todo lo hablado, lo manifestado, lo afirmado nos obliga a profundizar, para tener el acceso a esos secretos que Jesús habló, más allá de las palabras escritas, que siempre están sujetas a interpretación de manera colectiva o individual.
Durante mucho tiempo hemos buscado en la profundidad del mensaje dejado por Jesús y de otros maestros, esa verdad que nos establece las Escrituras y que fue intoxicada con el pensamiento humano a través de sus redactores, permitiendo que se haya diluido el mismo. En este sentido recordamos a Gandhi cuando una vez mencionó que nunca hay que pactar con el error, aun cuando aparezca sostenido por textos sagrados.
Juan Pablo II dijo; “En realidad, todas las cosas, todos los acontecimientos, para quien sabe leerlos con profundidad, encierran un mensaje que, en definitiva, remite a Dios”
Todo nos parece indicar que el verdadero mensaje está más allá de las palabras escritas y/o interpretadas por nuestros antepasados…Continuamos en esa búsqueda, persiguiendo la verdad del verdadero mensaje…en el camino nos encontramos otras almas sedientas de ese conocimiento, de respuestas a preguntas e inquietudes y con las mismas desilusiones provocadas por la religión. Es entonces que le dimos paso a nuestra metanoia, a nuestro re enfoque… comenzando por asimilar los mensajes bíblicos desde un ángulo más intenso, más profundo, más espiritual, más natural y más simple.