Frase o Cita de esta semana:

"Nacer es el comienzo de un viaje que la muerte no detiene, por el contrario, esa transformación, esa liberación le permite al alma liberarse del cuerpo, esto permite seguir el viaje hacía la eternidad donde nos encontraremos con nuestra Divinidad"
Time of Metanoia

12 de enero de 2013

Los sonidos de la lengua

"Jamás algo tan sublime como la comunicación con el Creador debe ser utilizado para dividir a algunos y enfrentar a otros" Time of Metanoia

Dominio Propio / Parte 1
¿Cómo frenar la lengua?
Existen miles de interpretaciones sobre lo que es el dominio propio. Aunque parece un tema común es a su vez el asunto más ignorado por muchos. La Biblia relata que hemos sido dotados por Dios de poder, de amor y dominio propio, excluyendo el espíritu de cobardía que es el que más prevalece dado el problema que tiene la humanidad con controlar sus impulsos, emociones, ira, resentimiento y dolor. No obstante siendo dotados de dominio propio, ¿Por qué no podemos ejecutarlo en nuestras vidas? ¿Razón? Es más fácil dominar a otros que enfrentarse a uno mismo. En otras palabras es más cómodo ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el nuestro, bien lo dijo Jesús.

"El dominio propio es la capacidad que nos permite controlar nuestras emociones y no que ellas nos controlen"

Tratar de influenciar o dirigir las palabras, acciones y hasta los pensamientos de otros es el acto más común de cobardía en nuestra sociedad a pesar que se esconde a través del éxito o del poder ejercido de algunos hacia los demás. Lo peor de todo es que es aceptado en la sociedad como la norma. Sin embargo, Dios su Creador respeta el libre albedrío que El le otorgó para que viviera libre. ¿Entonces, Por qué permitimos que otros nos aten con sus palabras?

Este primer escrito hará referencia a las palabras. En el próximo sobre las acciones incluyendo las que hacemos con nuestro propio cuerpo, nuestras finanzas, entre otros elementos a considerar y en el último escrito se reflexionará acerca de los pensamientos, la parte quizás más difícil del dominio propio.Comenzaré por exponer de los muchos ejemplos referentes a la falta de dominio propio: quizás el más problemático, el uso de las palabras, esto NO se limita a las palabras que hablamos solamente, sino lo que hacemos con la palabra de otros y sobre todo la de Dios, esto sí es otro tema mucho más abarcador que expondré en otro momento.

Una de las acciones que demuestra el dominio propio es cuando usted controla y frena su lengua, el órgano que se usa para comunicarnos con el prójimo y con el Dios de Jesús. Cuando usted ve a una persona que no puede controlar lo que dice, y más allá de su libertad de expresión presta su tiempo para hablar rumores sobre su prójimo, primero se aleja de las enseñazas de cualquier religión o doctrina que se práctica sobre la faz de la Tierra. Está olvidando o cambiando la enseñaza de amémonos unos a otros por hablemos unos de otros, atropellemos los unos a otros, difamémonos unos a otros, levantemos falso testimonio unos a otros. Son estos uno de tantos ejemplos que implica el mal uso de las palabras. Las palabras  fueron creadas para comunicarnos no para destruirnos o dividirnos.

La magnitud de las palabras que resuenan por nuestra lengua es tan abarcador que Santiago nos dice en: 3:3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo. 3:4 Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere. 3:5 Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! 3:6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación…

Depende de lo que se dice con la lengua, esta puede representar la plaga de la humanidad. De una forma u otra en algún momento de su vida ha tenido que lidiar con esta dolencia espiritual. La lengua es la que imprime odio, temor, contienda, especulación, malos entendidos, por mencionar algunos, con ella se enjuicia, se difama, se maltrata…recordemos que usar las palabras fuera de estos conceptos es dominio propio, no es reprimir, si no controlar para no afectarse usted ni a su prójimo.

La lengua “cree” que es el reflejo de nuestro interior, pero no lo es, es un miembro más, es el megáfono de nuestro disco duro mental, el portavoz de nuestros pensamientos. Exteriorizamos gran parte de ellos a través de la lengua, con esto no quiero decir que puede expresar el reflejo del alma, sólo el alma que ha podido reconectarse con la fuente Divina, con su evolución espiritual puede expresar a través de la lengua su paz interior para con sí y los demás. En tal caso las palabras no son necesarias, cuando un apretón de manos, un abrazo llevan el sentimiento de un alma a otra.

"¿Es necesario que traiga al frío reino de las palabras los cálidos sentimientos mejor guardados en las mudas expresiones del corazón?" Sri Yukteswar


Cuando usted conoce a una persona que no puede frenar su lengua, que la usa para crear discordias, críticas, entre otras acciones, esa persona no está en armonía con su ser ni con su alma. Camina como “zombie” arrastrado por los deseos de su cuerpo, de su mente. Se sacia y se nutre de la controversia, del murmullo, del rumor. Aquí lo que sucede es que el alma que reside en su interior NO se le ha permitido emerger. Está en un cuerpo que se abstiene y se resiste a ejecutar las acciones para lo fue creado. Por lo tanto, esa alma se mantiene en el limbo de la conciencia de su Ser Superior, de su Dios, de su Divinidad, de su armonía con el Todo, incluyendo al prójimo.

¡No ha despertado de la ilusión! ¡De la pesadilla! No ha podido comprender que su fuente Divina alimenta su alma, su espíritu y no al cuerpo que se resiste. Jesús dijo que no sólo de pan vive el hombre, sino de la palabra de Dios, no dijo de todas las palabras, sino de la palabra que nos indica como alimentar y nutrir el alma que reside en nuestro cuerpo. Una persona hace poco me preguntó qué yo estaba haciendo para alimentar mi espíritu, mi alma… la pregunta por un momento me desconcertó, era la primera vez en mi vida que alguien me hacía ese tipo de pregunta. Luego de pensar un poco y tratar de ser cuidadoso con mi respuesta, le dije: “Dejo emerger el Ser que vive en mí, trato de mantenerme conectado a mi voz interior que le habla al espíritu a través de la intuición, reconociendo así el sublime lenguaje del Creador” “Es mi manera de encontrar el dominio propio que me permite seguir intentando vivir la vida como la vivió Jesús”…

Jesús vino a despertarnos, a aclararnos la palabras que otros dijeron en su nombre, el vino a enseñar el camino para que usted se reconecte con su interior…con su Reino (que no es de este mundo) ese camino, ese reconectarse le llevará a la fuente Divina, le llevará al Creador...y ese es el deseo del alma. Por eso debemos dejarla emerger de nuestro interior, solo así nuestras palabras encontrarán otros tonos y sus significados cambiarán encontrando así el dominio propio, el dominio de la lengua en el complejo mundo de las palabras.

Con las palabras se puede gobernar reinos físicos, con tu oración puedes gobernar tu reino interior. Con las palabras puedes lastimar corazones, con un abrazo remiendas el alma herida. Con las palabras puedes juzgar, con el silencio sólo puedes aceptar. Con las palabras puedes engañar, más la verdad sacará a luz tu oscuridad. Con las palabras puedes crear temor, pero la fe te inundará de valentía. Con las palabras puedes crear odio, más el amor lo redimirá todo…eso sólo lo puede hacer el alma.

Demos a las palabras un mejor uso, son grandes herramientas si las sabemos utilizar. Construyamos con ellas pensamientos buenos, frases hermosas, canciones de amor, que cada uno pueda con ellas orar, meditar, rezar, entrar en comunión…los que quieran de rodillas, acostados, de pie, manos pegadas al pecho, manos al cielo. Debemos tener tolerancia y respeto por los demás a través del dominio propio, comprendiendo que la gente adore a Dios de la manera que entiendan y conozcan, aunque sea distinta a la nuestra. No permitamos que las palabras que le damos a las acción de orar, meditar, rezar, entre otras que adoptan las distintas religiones nos desenfoquen, mantengamos la mirada al cielo, no en el prójimo, eso es dominio propio, la única forma de lograr minimizando la plaga de la intolerancia.

¿Hasta cuándo vamos a seguir perdiendo el tiempo señalando, juzgando a quien no piense, haga o diga lo que yo quiero?

Jamás algo tan sublime como la comunicación con el Creador debe ser utilizado para dividir a algunos, enfrentar a otros, cuando todas las expresiones de una manera u otra buscan la comunicación con su Ser, con la Fuente ¿Entonces, de qué nos vale el enfrentamiento y la discordia? ¿Para qué nos sirve? Tengamos el dominio propio de frenar nuestras lenguas, controlarnos y aprender a ver en el espejo cada mañana la viga que tenemos en nuestros ojos, así logramos enfrentarnos a nosotros mismos.*

*Hacer este ejercicio diariamente puede ser beneficioso para su salud espiritual.

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