“Si Jesús era un hombre, la cruz fue
un horrendo crimen, pero si era Dios, fue una verdadera ofrenda. Si Jesús era
un hombre, la cruz fue un martirio, pero si era Dios, fue un sacrificio. Si
Jesús era un hombre, le arrebataron la vida, pero si era Dios, él la brindó
voluntariamente. Si Jesús era un hombre, es digno de admiración, pero si era
Dios, es digno de adoración. Si Jesús era un hombre, debemos ponernos de pie
ante él, pero si era Dios, debemos levantar nuestros brazos al cielo”
Un tema complicado que generó muchos
debates entre los religiosos de la época.
Provocó varios Concilios para atender los conflictos divisorios con el
fin de agrupar y definir una posición religiosa común en consenso y por
votación. Esos debates fueron hechos históricos en los que se promovieron y aprobaron los canones,
dogmas, credos que se utilizan hoy en día en muchas de las religiones del
presente.
Antes de comenzar a exponer el suceso
histórico, mencionar los Concilios efectuados y mi opinión al respecto, en cuanto a si Jesús fue
humano o divino definamos los términos:
Humano
Posee un cuerpo y lo caracteriza su
particular ADN de su especie. Pertenece a la familia de los mamíferos, ya que
su fecundación es interna en el útero o matriz donde se desarrolla el embrión.
Es vertebrado por poseer un endoesqueleto formado por huesos. Posee un sistema
nervioso, vascular, respiratorio, entre otros, con un cerebro que controla los
sistemas en adición de articular sus ideas, pensamientos y emociones que le
permiten racionar. Posee el lenguaje e idioma y la capacidad para desarrollar su
cultura. Es la única especie conciente en una etapa temprana de su vida que en
algún momento va a morir.
Divino
Relativo a Dios, sinónimo de sagrado y
sobrenatural, de un “Ser”. Entidad
que tiene el poder y dominio central de manera trascendental de todo lo
existente sobre la vida de todos los seres vivos entre ellos los humanos. Un
ser excepcional de conocimiento ilimitado de todo lo que representa, que
sobrepasa en todos los aspectos al humano. Poseedor de dones, fuerzas,
energías, conocimiento, leyes, verdades que sobrepasa todas las capacidades y
el conocimiento de la raza humana.
El Concilio de Calcedonia
Las profundas divisiones de los
religiosos ante las definiciones validaban el polémico tema. Los que estaban a favor y en contra de que Jesús era sólo un humano versus los que afirmaban que Jesús era sólo un Dios. ¿Fue Jesús un
hombre o era un Ser divino? El Concilio de Calcedonia se celebró en los meses de otoño en el año 415 DC
en búsqueda de la respuesta. Este cuarto de los siete Concilios celebrados
define la posición de las Iglesias Católica y Ortodoxa con relación al debate
sobre la humanidad y divinidad de Jesús. El debate se arrastraba desde el
primer Concilio de Nicea en el año 325 DC promovido por el Emperador
Constantino por razones políticas más que religiosas.
En ese momento en la historia se pudo
tener en consideración las definiciones mencionadas que permitió la posturas y preguntas de los debatientes ¿Jesús, humano?
¿Jesús, divino? Eje de los análisis antes de que sus miembros tomaran una final
decisión con relación a la naturaleza de Jesús.
¿Jesús, humano?
En la definición del término humano,
todas las características sin exceptuar las no mencionadas arriba muestran a un Jesús
humano. Los datos que proporcionan las
escrituras ofrecen un marco claro de su humanidad. En el Evangelio de Juan
dice: “Y aquel Verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros…” Juan 1:14. Carne
en griego ‘sarx’, significa el hombre en concreto, que comprende la corporeidad
y la caducidad de la carne. Esta carne, su naturaleza humana, la recibió Jesús
de su madre María.
Según su genealogía descrita en Mateo
1:1-16 viene de una cadena de humanos que pasa tanto por Abraham y David por un
lado y por el otro Tamar, Rahab y Betsabé. En el Evangelio de Lucas 2:1-13
cuenta que Jesús nació como un bebé de una mujer humana, en circunstancias
terrenales y primitivas. Sus padres humanos María y José lo llevaron al templo
para circuncidarlo, un rito totalmente humano realizado a los varones
primogénitos. Creció, paso las etapas de niñez , adolescencia y adultez como
cualquier otro humano. ‘Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia
para con Dios y con los hombres’, Lucas 2:52.
Jesús se cansaba, tuvo hambre, sed,
sintió tristeza, coraje, alegría, indignación, dolor, soledad, miedo y lloró
entre otras emociones propias del ser humano. Ejerció el oficio como
carpintero. Su cuerpo humano fue sensible al dolor y a los golpes…finalmente
asesinado por otros humanos y crucificado entre otros dos hombres. Durante la
terrible agonía mientras moría en el madero de la cruz, Jesús pronunció sus
últimas palabras, entre ellas: “Tengo sed”,… “Dios mío, Dios mío por qué me has
abandonado”. Dolorosas y conmovedoras expresiones de la verdad de su humanidad.
Jesús era completamente humano de acuerdo a las escrituras.
¿Jesús, divino?
En la definición del término divino,
todas las características sin exceptuar las no mencionadas arriba muestran a un Jesús
divino. Como nos relata Lucas en 3:23-38, la
genealogía de Jesús es registrada y traza su ascendencia hasta Dios.
El rey Herodes no lo consideró como un
simple humano, ya que ordenó quitar la vida de muchos bebés varones en un
intento fallido de matarlo según se describe en el capítulo 2 de Mateo. Ana
como Simeón le reconocieron como divino al momento de realizar el ritual de la
circuncisión. Lucas 2:25-38.
Pero las acciones que indican y afirmaban su
divinidad se plasmó cuando realizó las cosas sobrenaturales y excepcionales.
Convertir el agua en vino, sanar a los enfermos, sacar demonios, resucitar
muertos o devolver la vista a los ciegos fueron actos de Jesús más divinos que
humanos.
En las escrituras se pueden encontrar
textos que argumentan sobre la divinidad de Jesús. Por ejemplo, “El es la
imagen del Dios invisible…” Colosenses 1:15, “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la
Deidad” Colosenses 2:9
El centurión romano, quien era pagano,
reconoció durante la crucifixión que Jesús era el Hijo de Dios. Mateo 27:54.
¿Pero qué afirmaba Jesús sobre sí
mismo?
Cuando los líderes religiosos lo
enfrentaron diciéndole: “Si tú eres el Cristo, dínoslo con franqueza”, la
respuesta que Jesús dio nos dice mucho: “Ya se lo he dicho a ustedes, y no lo creen”
Juan 10:22-39. Luego se refirió a los muchos milagros que había realizado y
preguntó a los líderes religiosos cuál de estos había causado su deseo de
apedrearlo. Ellos respondieron: “No te apedreamos por ninguno de ellos sino por
blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces pasar por Dios”. Luego de esto,
Jesús básicamente afirmó una vez más ser Dios y los principales intentaron
arrestarlo, pero él se les escapó de las manos. En otro texto Jesús le preguntó al ciego que había sanado en
el día de reposo, si creía en el hijo de Dios, este le contestó, ¿Que quién era
ese? y Jesús dijo al ciego: “Pues le has visto, y el que habla contigo él es”.
Luego del Concilio de Calcedonia el
conflicto se extendió algunos años más hasta el Concilio de Efeso en el año 431
DC. Se defendió una vez más las dos naturalezas de Jesús, la humana y la divina
afirmando que Jesús era a la vez Dios y hombre. Las posiciones encontradas
resolvieron las diferencias dos años después basado en la fórmula presentada y
aprobada de las dos naturalezas logrando la unión entre las partes. Aunque esta resolución no fue del todo
aceptada por el grupo que sostenía que Jesús fue solamente humano, el debate
continuó desde el año 444 DC hasta el 448 DC declarando anatema a todo aquel
que no aceptaba la resolución de las dos naturalezas. Pero el debate continuó
hasta el año 451 DC. Reafirmando la resolución de las dos naturalezas, a
continuación parte del texto de la decisión del Concilio:
Siguiendo, pues, a los Santos Padres,
todos a una voz enseñamos que ha de confesarse a uno solo y el mismo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo, el mismo perfecto en la divinidad y el mismo perfecto
en la humanidad, Dios verdaderamente, y el mismo verdaderamente hombre de alma
racional y de cuerpo, consustancial con el Padre en cuanto a la divinidad, y el
mismo consustancial con nosotros en cuanto a la humanidad, semejante en todo a
nosotros, menos en el pecado [Hebr. 4, 15];…
Si seguimos la trayectoria de este debate
podremos darnos cuenta que continúa hasta el presente. Posteriormente esa
resolución fue adoptada y aceptada por otras denominaciones religiosas,
mientras otras aún mantienen su oposición.
Pensar que Jesús no fue humano puede ser un error garrafal de la interpretación de las escrituras. Si nos atrevemos a decir que Jesús fue sólo un Dios en este mundo perpetuamos el error de los ‘docetas’ que afirman que Jesús era un hombre ‘aparente’, es decir, tenía apariencia de un hombre, pero en realidad era Dios. Jesús no fue un hombre aparente, no fue un ‘fantasma’, sino un hombre real con la divinidad de Dios. Así lo conocieron los Apóstoles y el grupo de creyentes que constituyó la Iglesia en sus inicios lo que fue rectificado en los concilios. Recordemos que la ley debía ser cumplida por un humano, no por un aparente 'fantasma'. Las dos naturalezas: la humana y la divina que mostró Jesús por sí sólo se demuestran. Jesús le dice a Nicodemo “Lo que nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es” Juan 3:6
No deberíamos seguir creyendo como los
fariseos religiosos del pasado que no pudieron comprender el lado divino del
humano Jesús, que no creyeron y menospreciaron sus palabras, dejándose guiar
por las malas interpretaciones de algunos de los textos antiguos. Rechazaron su
divinidad por pensar que El era un simple humano. Desde mucho antes de los Concilios hemos tratado de limitar su poder en nosotros otorgado por la
herencia de ser hijos de Dios. Los Concilios sólo lograron limitar oficialmente el poder de Dios en nuestra humanidad. Si el hombre desde el comienzo ha sido creado a imagen y
semejanza de Dios, por lo tanto, lo que es humano puede manifestar también lo
que es divino. El reveló su divinidad mediante la humanidad, mediante una vida
auténticamente humana. Su humanidad sirvió para revelar su divinidad, esa es
nuestra enseñanza, la misma que brindó a los Apóstoles.
El mismo Jesús dijo: “De cierto, de
cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, el las hará también;
y aún mayores hará…” Juan 14:12. En el Salmo 82:6 dice; Yo dije: Vosotros sois
dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo;... ¡Entonces!, ¿Por qué no podemos
creerlo?